Desayunamos y nos dan el almuerzo para el camino en el Mara Explorers, al tiempo que nos recoge el mismo taxi que nos trajo. Esta vez no nos acompaña la pareja holandesa sino el raro francés. Tempranito emprendemos el tortuoso camino de tierra hasta que llegamos al plácido asfalto que nos da la entrada a Narok donde cogemos un matatu. Esta vez solo nos acompañó en el taxi un masai que se quedó en un pueblo, por lo que viajamos holgadamente. El viaje en matatu resulta inacabable pero sorprendente y "divertido", por llamarlo de alguna manera. Antes de cogerlo Kati va al baño, ¿qué raro, no? Por el camino entran y salen seres diferentes, tanto humanos como animales y vegetales: una señora con un gallo amarrado, dos cabras, señores con sacos de hierbas, dos maleducados hombres que hacen que una mujer cambie de sitio obligadamente, madres de varios bebés, niñas y niños (en ningún momento hemos visto a un hombre viajar solo en matatu con sus hijos como hacen las mujeres), un...