Lamu

Terminamos con las provisiones del desayuno y bajamos a tomar un expreso en el bar del apartamento que, lógicamente está cerrado a la espera de que el dueño venga. No aparece pero los diligentes empleados lo abren, barren el patio... 
Llega el tuk tuk al que habíamos llamado la noche anterior y nos vamos directos al aeropuerto.
Allí, sorprendidos por las buenas instalaciones del aeropuerto, pasamos los trámites y nos ameniza la espera (pues el avión trae retraso, como de costumbre) un animado pianista y cantante que toca un teclado mientras sonríe disfrutando de su propio show.
Volamos hacia la isla de Manda donde se encuentra el aeropuerto del Archipiélagos de Lamu.
Nos da la bienvenida Kesh, dueño del Amu Hotel, nuestro nuevo hogar.
Vista de Lamu
Nos instalamos después de cruzar en barco el canal que separa las islas de Manda y Lamu.
Llegando al puerto desde el aeropuerto
A la isla la envuelve el idílico aroma y fragancia de caca de burro puesto que este es casi el único medio de transporte en la isla.
Estos simpáticos animales tienen un santuario donde son acogidos y cuidados.
Kesh nos lleva a comer a Hapa Hapa (Aquí Aquí). Ya nos vamos dando cuenta de que por las elecciones en la isla hay poco pescado y poca variedad para comer mariscos.
Partidarios del presidente Uhuru celebrando la victoria
El Amu House nos encanta a nivel estético con paredes con estuco veneciano y estanterías incrustadas de alabastro.
Una pena que no tenga agua caliente ni wifi pero lo soportamos.
Emili y Serge, sobre todo, al ir a comprar y sacar dinero fueron literalmente acosados por autóctonos vendiendo alcohol, excursiones en barco, etc.
Kati y Serge van a descansar mientras Emili sigue callejeando y visita una mezquita con uno de sus "impuestos" amigos.
Más tarde vamos al Museo de Lamu donde una agradable chica nos hace la visita guiada.
Antes de cenar subimos a un hotel donde tienen un restaurante en el que sirven alcohol. Uno de los pocos que lo hace ya que la isla (zoco marino) tiene una fuerte tradición musulmana.
De vuelta negociamos con Bagi junto con una pareja de belgas la excursión a la isla de Manda y Manda Toto.
Decidimos ir a cenar al restaurante Lamu House ya que lo ponen bastante bien en las guías. Por las elecciones, no les queda nada de marisco ( los pescadores no salen a faenar). Proponen calamares y Emili se apunta porque no entendió el exagerado precio. La cena es más bien mediocre y la cuenta elevada. Además de decidir no volver más a ese sitio, acordamos no dejarle propina al dueño. 
El pueblo está muy animado, y muchos celebran los resultados de las elecciones con música, bailes y bastante alcohol. Paseamos un rato por el frente marítimo pero sin osar participar de la fiesta ya que desconocemos todavía las condiciones del escrutinio y las intenciones reales de los candidatos. Decidimos volver al Petleys a tomar cervezas y aguantamos una vez más la pantalla gigante con el recuento y su espantosa música. A dormir.




Comentarios

  1. Estamos viviendo un momento histórico. Vale la pena aunque nos tengamos que conformar con los calamares...

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  2. Con lo del estuco veneciano y las incrustaciones de alabastro me parecía estar allí... Muy bien Emili y Serge por la descripción...

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