Buceando en Watamu Marine National Park
Desayunamos en el apartamento y salimos tempranito en tuk tuk para coger el matatu hacia Watamu.
Se nota que ya hay algo más de movimiento en las calles después de las votaciones aunque tenemos que esperar un poquito hasta que el medio de transporte llega.
Nos damos cuenta de que es el mismo matatu conducido por el mismo chófer que el día anterior, esta vez sin música atronadora pero con un fuerte olor a humanidad que tumba para atrás.
Bajamos y cogemos un tuk tuk que nos lleva hasta las taquillas del Parque Nacional Marino de Watamu donde pagamos y entramos a visitar la playa que da al Mida Creek. Una vez allí negociamos con dos señores una excursión para hacer snorkel en la zona de los corales.
Nos conduce en motos a otra playa donde teóricamente nos recogería el barco que nunca llegaría por lo que nos despedimos de ellos y, por nuestra cuenta, con otras motos vamos a la Bahía de las Tortugas y con la intención de solo bañarnos.
Paseando por la playa nos convence un chico que tiene un barco de hacer finalmente la excursión.
Nos alegramos mucho de haber aceptado su proposición ya que disfrutamos de los mejores fondos del viaje llenos de peces y, la afortunada Kati, de ver una tortuga nadando en el fondo cerca de la arena blanca.
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| Simpáticos pececitos |
Muertitos de hambre volvemos a comer en el mismo restaurante del día anterior.
Regresamos, sin necesidad de subir hasta la carretera, en un matatu que nos lleva directamente a Malindi.
Una vez allí, volvemos al hotel a descansar y a asearnos para salir cuando se oculte el sol y la tarde esté más apacible para pasear.
Antes de salir el dejado dueño nos pide una de las llaves para limpiar (aprovechará para quitarnos, por enésima vez y miserablemente, el wifi).
Dos motoristas, Lucky y un amigo, nos proponen llevarnos al Karen Blixen Restaurant para tomar algo. Durante el camino, Lucky no para de hablar entre italiano e inglés. Al llegar le pide el número de teléfono a Emili y empieza una gran amistad que durará a lo largo del viaje y quién sabe si aún más...
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| Lucky |
El lugar es agradable, amenizado por música tranquila, y nos quedamos también a cenar.
De repente, los dueños, una pareja italiana, decide poner la televisión de la misma nacionalidad que ellos, el telediario más concretamente, a todo volumen.
Regresamos a casa en tuk tuk.





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