Lago Nakuru: el carnaval de los animales

agosto 17, 2017

Después de un efímero desayuno en el hotel, puesto que no nos gustaba mucho lo que nos ofrecían, nos recogen el conductor y la empleada de la agencia con los que haremos nuestro último safari por el Parque Nacional del Lago Nakuru.

Nada más entrar al sorprendente parque que posee unos paisajes espectaculares y de ensoñación así como románticos, divisamos un rinoceronte que está plácidamente echado sobre la hierba.

Rinoceronte descansando

Comenzamos a divisar cebras, antílopes, babuinos, monos, jirafas… y al acercarnos a una de las partes del lago donde bajamos de la furgoneta para estar a un tiro de piedra de las cebras, vemos a lo lejos una inmensa mancha rosada: flamencos y algunos pelícanos.

Cebras y búfalos a tiro de piedra

Lo más deseado es ver rinocerontes, pero solo vemos búfalos, incluso uno de ellos persigue a la furgoneta, embistiendo al animal de cuatro ruedas por detrás entre la mirada y la sonrisa pícara del conductor que parece divertirse ante el hecho de ser topado.

Subimos a un mirador, el de los babuinos, desde donde contemplamos el majestuoso lago y el blanco culo de un joven al que sus amigas y amigos fotografían ávidamente expuesto encima de una roca.

Más tarde nos vamos a comer a un restaurante-hotel dentro del parque. La comida y las vistas son muy buenas.

Emprendemos a las tres horas el camino en busca de rinos, pero lo que encuentra Emili es a dos leones retozando sobre la hierba. ¡Está hecho un experto! ¡Serge y Kati están por darle la propina a él en vez de al guía!

Después de fotografiar al perezoso animal bostezando, Emili dice “tuendi”, o sea, “vamos” en swahili y la furgoneta empieza de nuevo a rodar.

Nos quedamos embobados ante la majestuosidad de las jirafas, no nos cansamos de contemplarlas, pero algo apenados por no ver rinocerontes.

De vuelta a Nakuru capital, cogemos un matatu de lujo que nos deja, de noche ya, en Nairobi donde cenamos y descansamos en Decasa Hotel.