En velero por las islas Manda

A las 8:30 nos sirven el desayuno en el salón elegante y acogedor del Amu House. Samuel es el encargado de darnos unos ricos mangos y naranjas, zumos de mangos, pan de molde, mantequilla, mermelada, té y huevos para Emili y Kati.
Desayunamos junto a la pareja belga con la que haremos la travesía entre manglares a la isla de Manda y Manda Toto.
Nos recoge en la puerta Bagi y nos lleva al barco donde conocemos a la tripulación, dos jóvenes grumetes muy eficientes.
Por el camino compramos unos pollos porque no sabemos si pescaremos a algo y sobre todo por el desabastecimiento electoral.
Saliendo de Lamu
Primero, en el canal, la tripulación intenta pescar mientras Emili y Kati se echan un bañito.
Llegamos enfrente de la isla de Manda y empiezan a preparar la laboriosa comida: arroz con leche de coco, pili pili, un curry de leche de coco típico de Lamu y pollo con un majado de cilantro y ajo con limas. La belga les echa una mano cortando las verduras y las picantes pimientas.
Cocinan con el barco anclado enfrente de La Bahía de Manda, cómplice hace unos años del secuestro de una turista y muerte de su marido, por lo que los lujosos lodges estaban en estado de casi abandono.
El tiempo no acompaña mucho y llueve varias veces a la par que sale el sol.

La playa de la Bahía de Manda

Emili baja del barco y da una vuelta por la isla de Manda donde se encuentra con dos niños pescando cangrejos.
Preparando la deliciosa comida
Comemos la deliciosa comida sentados en el suelo del barco y luego nos acercan a la isla de Manda Toto. Emili, Serge y el belga se echan al mar y se dan un baño. Lamentablemente no se puede hacer snorkel por el mal estado de la visibilidad del fondo del Índico.
Regresamos plácidamente y vemos varios barcos, algunos de los cuales se dirigían a la isla de Pate.
Dhow (barco de vela latina)
Nos vamos directamente al hotel para descansar, ducharnos y tomarnos unas copas de vino. Lo hacemos en la terraza de la parte alta del hotel. Samuel nos pide que rellenemos un libro con nuestros datos y que le demos los pasaportes.
Salimos a cenar al Bush Gardens donde los calamares solo cuestan la tercera parte de lo que nos costó en el Lamu House.
Antes de acostarnos regresamos al Petleys y tomamos unas cervezas y copas.


Nuestro capitán


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