De camino a Nakuru

Desayunamos y nos dan el almuerzo para el camino en el Mara Explorers, al tiempo que nos recoge el mismo taxi que nos trajo. Esta vez no nos acompaña la pareja holandesa sino el raro francés.
Tempranito emprendemos el tortuoso camino de tierra hasta que llegamos al plácido asfalto que nos da la entrada a Narok donde cogemos un matatu. Esta vez solo nos acompañó en el taxi un masai que se quedó en un pueblo, por lo que viajamos holgadamente.
El viaje en matatu resulta inacabable pero sorprendente y "divertido", por llamarlo de alguna manera. Antes de cogerlo Kati va al baño, ¿qué raro, no?
Por el camino entran y salen seres diferentes, tanto humanos como animales y vegetales: una señora con un gallo amarrado, dos cabras, señores con sacos de hierbas, dos maleducados hombres que hacen que una mujer cambie de sitio obligadamente, madres de varios bebés, niñas y niños (en ningún momento hemos visto a un hombre viajar solo en matatu con sus hijos como hacen las mujeres), una masai bellísima...
Cuando llegamos a las puertas de Nakuru, el matatu hace una parada desesperante en la que nos ponemos algo nerviosos porque no entendemos nada de lo que pasa: niñas a las que meten a la fuerza en nuestro matatu, cambio de chófer, desaparición del cobrador y, para rematar, el matatu da una vuelta sin sentido para volver donde estábamos antes... Aparece el cobrador y, por fin, después de una hora más de trayecto, cinco o seis en total, ya no sabemos, llegamos a Nakuru.
Cogemos un tuk tuk y nos lleva al hotel que resulta ser un remanso casto en el que no se puede beber, ni fumar ni estornudar (bueno, casi).
Las normas de la casa
Emili y Serge se pegan un baño en la casta piscina mientras Kati se ducha en el casto baño de su casto cuarto.
La piscina del hotel
Salimos y damos una vuelta. Nos tomamos unos cafés, tés y cervezas.
Vamos a una agencia y reservamos la visita al Parque del Lago Nakuru para el día siguiente.
Visitamos unas tiendas de artesanía y souvenirs.
Cenamos en un "restaurantesupermercadopub" y terminamos tomándonos unas copas.

Cartel explicativo del baño del restaurante
Regresamos al casto hotel y disfrutamos de un casto sueño.




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